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¿Qué tumores pueden ser tratados de forma percutánea?

- Osteoma osteoide

- Osteoblastoma

- Condroblastoma

- Otros tumores benignos de pequeño tamaño

- Recidivas muy localizadas de otros tumores

- Metástasis óseas: en este tipo de lesiones, el tratamiento está indicado en casos MUY SELECCIONADOS y siempre, tras haber sido comentados en comités multidisciplinarios y, principalmente, con fines paliativos y de disminución del dolor.

 

Por ser el más frecuente, vamos a centrarnos en el tratamiento del osteoma osteoide

¿Qué es un osteoma osteoide?

 

El osteoma osteoide es un tumor óseo benigno que puede localizar en cualquier hueso pero que es más frecuente en la cadera o en la rodilla.

La edad de presentación oscila entre 1 y 63 años pero el 85% de los casos aparecen entre los 5 y los 25 años. Es más frecuente en varones.

Clínicamente cursa con dolor que no se relaciona con el ejercicio físico, sino que empeora con el reposo; siendo típica la exacerbación nocturna. El dolor cede casi instantáneamente (20-30 minutos) tras la administración de salicilatos (aspirinas) o de antiinflamatorios no esteroideos. En ciertas localizaciones producen gran hinchazón e impotencia funcional. Hay evidencia de que estos tumores no son progresivos y nunca degeneran. Se han constatado remisiones espontáneas.

 

¿Cómo se diagnostica?

 

La tomografía computada (TAC) es el método de elección para demostrar el tumor ya que puede no visualizarse en la radiografía.

En ciertas ocasiones y debido a su pequeño tamaño (varía entre 1 milímetro y 15 milímetros) o a la presentación de síntomas atípicos, puede retrasarse el diagnóstico. 

 

Tratamiento

 

  • En cuanto al tratamiento, una primera opción sería la terapia médica mediante aspirina o antiinflamatorios no esteroideos. No obstante, esta opción presenta los inconvenientes derivados de los efectos secundarios de estos fármacos y de la baja tolerancia de los pacientes a mantener tratamientos temporalmente prolongados.

  • El método terapéutico tradicionalmente utilizado ha sido la excisión quirúrgica, no sólo del osteoma osteoide sino también del hueso normal que lo rodea. La cirugía presenta, sin embargo, una dificultad importante a la hora de localizar e identificar exactamente la posición del tumor, lo que provoca recidivas. En otras ocasiones, la localización del osteoma osteoide provoca una aproximación quirúrgica complicada y agresiva. También se han descritos complicaciones tales como fracturas de estrés y las propias de cualquier cirugía, incluyendo una estancia hospitalaria y un período de recuperación prolongados.

  • La ablación percutánea de mediante radiofrecuencia (o microondas) es una técnica segura, eficaz y mínimamente invasiva y debería ser considerada como el procedimiento de elección en la mayoría de los pacientes con este tipo de tumor.

 

La técnica se realiza en una sala del Departamento de Radiología, concretamente en la de tomografía computada (TAC).

 

En niños y pacientes poco colaboradores el procedimiento se realiza bajo los efectos de la anestesia general, aunque en adolescentes y adultos se puede realizar usando únicamente anestesia local.

 

Una vez localizado el tumor (Figura 5), se avanza una aguja gruesa (Figura 6 y Figura 7) hasta su centro. A continuación, se introduce el electrodo. Es importante comprobar (Figura 8) que el electrodo está colocado correctamente.  En ocasiones, puede ser necesario repetir el procedimiento para asegurar que la lesión será destruida.

El electrodo se conecta durante 1-6 minutos a un generador de radiofrecuencia (Figura 9)  y a una placa que se utilizan como dispersora del calor colocada sobre la piel del paciente, próxima al punto de entrada. La destrucción del tumor se produce porque la radiofrecuencia estimula el movimiento molecular hasta el punto de provocar una necrosis coagulativa (destrucción por calor).

 

Una vez concluido el proceso, el paciente puede ser dado de alta tras recuperarse de la anestesia y sin ningún tipo de restricción en la actividad física.

 

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